El vestidor es el objeto de deseo de la mayoría de las mujeres (y cada vez más hombres) en el hogar. Es la estancia de la casa en dónde nos dedicamos la mejor atención a nosotros mismos. Para crear la mejor atmósfera y que sea funcional, sin que se vea caos en ella, hay que seguir unas de pautas fundamentales.
Podemos adaptar el vestidor a cualquier estilo, gusto y necesidades, consiguiendo la máxima funcionalidad. El único inconveniente es que necesitamos que sea una habitación amplia para poder almacenar con orden desde las prendas de vestir hasta las maletas, y que, a su vez, nos permita vestirnos y desvestirnos en un entorno íntimo.
Antes de planificar el vestidor y para adaptarlo en función a nuestras necesidades hay que saber la ropa que queremos almacenar en él, y de qué manera queremos hacerlo, es decir, si hay más ropa de colgar que doblada, si hay ropa larga, e incluso si hay ropa de uso ocasional. La ventaja de usar mucha prenda colgada es que se ve de manera más rápida toda la ropa.
Para conseguir el vestidor perfecto hay que tener una buena iluminación y unos elementos imprescindibles:
Una correcta iluminación
La luz de un vestidor es decisiva. Buscar ropa o ver cómo combinarla en un vestidor sin una buena iluminación puede ser algo imposible. Para que un vestidor funcione de manera correcta es imprescindible tener una buena fuente de luz. La luz más adecuada será la blanca pues permite apreciar mejor los colores de las prendas que hay. La luz también tiene un papel importante dentro del diseño ya que puede ayudar a crear diferentes ambientes, desde un entorno más cálido y acogedor a otro más personal.
Elementos imprescindibles en un vestidor
Un espejo. Todo vestidor debe tener un gran espejo en el que podamos vernos de cuerpo entero y comprobar así nuestra elección de vestimenta. Los espejos también funcionan como elemento decorativo, por tanto el diseño que elegido debe estar acorde con el estilo de la estancia.
Un banco. Los divanes o bancos sirven, además de cómo asiento para ayudarnos en la tarea de vestirnos, para apoyar las prendas que vamos a usar. Y también nos puede servir para solucionar problemas de almacenaje si se escoge un modelo con tapa abatible para guardar ciertas prendas de menos uso.
Un mueble zapatero. Todo vestidor debe que tener un zapatero. Ya que es importante almacenar los zapatos en un lugar pensado especialmente para ellos pues requieren de unos cuidados o mantenimiento especiales. Es recomendable colocar el zapatero en una zona diferente al resto de prendas para evitar así malos olores.
Un mueble para joyas y accesorios. Lo habitual es que en el vestidor además de ropa y zapatos se guarden multitud de accesorios y complementos. Si nuestro vestidor cuenta con distintos compartimentos nos resultará mucho más sencillo mantener un orden y localizar aquello que necesitemos y cuando lo necesitemos. Para ello, diseños como el de la imagen resultan de los más prácticos ya que la estructura de nuestro armario se divide en distintas celdas en las que podemos recoger pequeños objetos sin miedo a perderlos, ya que podremos localizarlos de una sola pasada.
